No cabe alguna duda de que Mötley Crüe es una de las bandas más influyentes de todos los tiempos, habiendo sido acreditada por grupos exitosos como Guns N’ Roses, Skid Row y Cinderella, entre otros. Sin embargo, también es considerada como una de las más controversiales, algo que se quiere dejar en claro en la película “The Dirt”, estrenada en marzo de este año y que intenta retratar su esencia. El alcohol, las drogas, las fiestas y otros excesos marcaron a esta genial agrupación desde que se formó en 1981, dejando historias que podrían haber derivado en una tragedia, pero que finalmente algunas terminaron formando parte de su repertorio artístico.

Uno de estos casos es “Kickstart My Heart”, el segundo single del quinto disco de estudio de los californianos, “Dr. Feelgood” de 1989. Salvo en algunos pasajes, la canción reproduce el ritmo de vida del conjunto: frenético y bien por lo alto. El título del track es prácticamente literal, por lo que no deja mucho a la imaginación acerca de la temática que se aborda en sus líricas, la reanimación de un corazón detenido.

Es que el hecho que sirvió de inspiración fue la muerte clínica del bajista Nikki Sixx el 23 de diciembre de 1987 debido a una sobredosis de heroína. Sin embargo, la rápida llegada y acción de los paramédicos, quienes le inyectaron adrenalina como último recurso, permitió que el músico siguiera con vida. Este hecho causó cierto revuelo, ya que sucedió en una época en que la banda se había encontrado con la sobriedad durante el proceso de escritura de las canciones para el nuevo disco y las actuaciones en vivo. Esa fue la última vez (de cerca de media docena) que Sixx abusó del consumo de esta sustancia.

A pesar de este relato, una nueva versión ha surgido el año pasado de la mano de Steven Adler, histórico bajista de Guns N’ Roses, sugiriendo que él revivió primero al bajista. Durante su gira por Australia de 2018, realizó una entrevista para un medio local, en la que declaró lo siguiente: “Esa canción la escribió sobre los paramédicos que tomaron la jeringa y le hicieron esa cosa de Pulp Fiction. Pero no hicieron todo. Yo lo arrastré a la ducha con una mano enyesada, lo metí en la bañera, le puse el agua fría y empecé a darle golpes en la cara con el yeso, entonces el color morado de su cara simplemente desapareció. En ese momento los paramédicos entraron, lo sacaron de la bañera, lo tiraron a la sala de estar y simplemente le bombearon el pecho con las manos. Eso fue todo”.

Años más tarde, el propio Sixx se refirió al tema: “Esa fue una canción que escribí realmente rápido. Pero en su momento creí que era un material para descartar, que podría haber estado bien en ‘Too Fast For Love’ [Primer álbum del grupo, 1981]. A pesar de eso, cobró vida propia y encajó en el disco mucho mejor de lo que esperaba”, afirmó sin abordar en la intrigante anécdota que la originó.