En 1991, y luego de un auspicioso debut, Hermética se despachó con una de las obras cumbres del heavy metal nacional, “Ácido Argentino”. Crudo lirismo envuelto en un furioso thrash metal que terminó de elevar a la banda fundada por Ricardo Iorio a la categoría de máximo emblema de la música pesada local.

Poco antes del inicio de las grabaciones, el baterista Tony Scotto fue separado de la banda, y su lugar quedó a cargo de Claudio “Pato” Strunz, quien era propietario de la sala de ensayo predilecta de la banda. Sobre su ingreso a Hermética, Strunz recordó en charla con El Culto: “fue algo súper rápido, porque al ingresar a Hermética tuve que, en una semana, ensayar y salir de gira para tocar en Sunchales, Santa Fe y en Córdoba, volvimos y ensayé 2 semanas y saqué los temas del nuevo disco, ‘Ácido Argentino’, y así fuimos a grabar, con algo que ya estaba determinado por la compañía, Radio Trípoli, donde se iba a grabar y demás. Así que recuerdo que para mí era muy emocionante ya que era lo que había soñado toda mi vida, grabar un disco y tuve la oportunidad de hacerlo nada más y nada menos que con Hermética”. La inclusión del nuevo baterista le permitiría a la banda endurecer aún más su propuesta, a partir de la riqueza técnica de Strunz, que sería aprovechada a lo largo de la placa.

“Robó un auto” es la primera muestra de lo señalado, con el doble bombo punzante, sosteniendo el potente vocifero de Claudio O’Connor, mientras que Tano Romano se despacha con furiosos riffs que encuentran un adecuado contraste en el melodioso solo que adorna al tema. A continuación, la proclama de los derechos de los pueblos originarios americanos toma forma en “La revancha de América”, canción que retoma la temática de “Cráneo candente”, de “Hermética”, el disco debut de la banda. “Memoria de siglos” expone la creatividad inagotable de Ricardo Iorio para escribir letras sentidas, con compromiso y profundidad. El ritmo a medio tiempo le permite a O’Connor sobrellevar con potencia y melodía la lírica, al mismo tiempo que realza el poderoso mensaje de la canción, nuevamente coronada con un gran solo de guitarra a cargo de Romano.

“Predicción” devuelve al Hermética thrashero, sin concesiones, reflejando a una banda ajustada, y con un nuevo integrante perfectamente integrado a la maquinaria. El siguiente tema en la placa es uno de los más representativos de la banda y de todo el heavy metal argentino: “Atravesando todo límite”, un auténtico clásico del metal nacional. Inspirado en la búsqueda infructuosa del hermano de Ana Mourín (por entonces esposa de Iorio y co-autora de la canción) por el noroeste argentino, el tema contiene uno de los riffs más memorables de la banda, así como una lírica cargada de sentimiento y pasión, siendo destinado de inmediato a convertirse en un ícono de la carrera de Hermética. “Horizonte perdido”, una breve pieza instrumental, cierra la primera mitad del disco a partir de una saturadísima distorsión y buenos cambios de ritmo.

La segunda parte de “Ácido Argentino” inicia con “Vientos de poder”, una verdadera definición de la resistencia siempre pregonada en la lírica de la banda: “Seguiré junto al metal con mi mensaje”, premonición de la longevidad eterna de la lírica de Hermética y el vínculo inoxidable con su público. “Del camionero” abre las puertas de un relato unipersonal a través de las rutas argentinas, iniciando con la aguardentosa voz de Ricardo Iorio sobre un arpegio en tonos menores, antes de que la furia distorsionada encuentre en la voz de O’Connor el complemento perfecto para perderse en su constante llevar y traer.

Así como en los inicios del metal nacional V8 cantaba “Muy cansado estoy”, Hermética le pone voz al agotamiento de la clase trabajadora con “Gil trabajador”, un velocísimo thrash de áspero contenido, tanto musical como lírico. “Evitando el ablande” es otra gran muestra del recrudecimiento de la propuesta de la banda para este disco, la conjunción entre los riffs de Romano y el notable desempeño de Strunz en la batería es perfecta, logrando una unidad sonora que permite el lucimiento de la banda en su conjunto. A continuación, “En las calles de Liniers” y su coqueteo con el punk, describe tan honestamente brutal como sea posible el paisaje de aquel barrio porteño, a cargo de un Iorio que transmite lo que observa. Finalmente, “De Pismanta a Bauchaceta” culmina el disco en formato instrumental, aportando cierta cadencia y relajación a un álbum intenso, crudo y potente, erigido como una de las grandes obras de la historia del heavy metal argentino, a través de una comunión entre el mensaje de Hermética y la inagotable pasión despertada en sus miles de seguidores.

El legado de “Ácido Argentino” de Hermética:

“Ácido Argentino” tuvo un recibimiento por demás satisfactorio, tanto en términos de críticas como comerciales, ya que el álbum, además de ser a menudo considerado la obra cumbre de la banda, fue certificado como disco de oro y doble platino, convirtiéndose en el más exitoso de Hermética.

El disco terminó de consolidar la formación definitiva de Hermética. Con la incorporación de Strunz como baterista, la banda dio un salto de calidad en la composición musical, siendo continuado en su siguiente álbum.

Temas como “Atravesando todo límite”, “Memoria de siglos”, “Vientos de poder” y “Evitando el ablande” se convirtieron de inmediato en clásicos de Hermética, permaneciendo presentes hasta la actualidad en los repertorios de los ex integrantes de la banda, y son reconocidos como referencias ineludibles de la música pesada nacional.