Crónica: Nicolás Cardinale / Fotos: Maru Debiassi

Con una formación de lujo, el proyecto liderado por Tobias Sammet presentó su último trabajo discográfico en un show de más de tres horas.

Una vez más, las calles de Buenos Aires fueron arrebatadas por una noche llena de fantasía, donde una nueva página de esta historia llamada Avantasia fue escrita. El pasado viernes 31 de mayo, el Teatro Flores fue testigo del retorno del grupo alemán, que desplegó una colección de inquebrantables clásicos, además de presentar las mejores piezas de su último álbum, Moonglow.

Es innegable que cada producción nueva del conjunto provoca un revuelo considerable en la escena metalera mundial, no siendo la excepción en este caso. Esto fue motivo suficiente para que un mar de remeras negras pueblen las veredas que rodean al recinto de Rivadavia al 7500 horas antes del ingreso. Por esta razón, los desafortunados que llegaron más tarde se perdieron la actuación acústica de Ariadna Project. Esto da cuenta de la inmensa multitud que colmó el teatro y que, minutos antes de las 20:30, ya se hacía oír impaciente de ver a uno de los más carismáticos frontmans del mundo.

Una vez abierto el telón, no quedaron más dudas. El sonido penetró desde el primer compás en cada una de las almas presentes y se adueñó por completo de ellas. El tema que abre la última producción, “Ghost In The Moon”, fue la encargada también de ser la primera de esta performance. Sin embargo, tras la misma, el espectáculo debió ser detenido poco menos de diez minutos por una falla técnica en el audio del cantante.

Luego del traspié, empezaron a desfilar otras composiciones del flamante álbum, así como también las estrellas invitadas para este tour mundial: Ronnie Atkins (para “Starlight” y “Book Of Shallows”), Jorn Lande (en “The Raven Child”), Geoff Tate (para “Alchemy” e “Invincible”) y Eric Martin (en la excelente interpretación del cover de “Maniac”). Sin embargo, hay que hacer unas líneas aparte para la genial Adrienne Cowan, quien deslubró con su uso tanto de voces melódicas como desgarradores graves que rozaban lo gutural.

El resto del concierto fue un continuo deleite con diferentes configuraciones de vocalistas que sustituían o acompañaban a Sammet. Así pasaron temazos como “The Story Ain’t Over”, “The Scarecrow”, “Promised Land”, “Twisted Mind” y “Shelter From The Rain”, entre otras. Pero las complicaciones resurgieron, porque en “Let The Storm Descend Upon You”, Atkins sufrió un problema con su micrófono durante la ejecución, por lo que la misma debió ser frenada y, una vez solucionado el inconveniente, reiniciada.

El gran cierre llegó con el clásico medley entre “Sign Of The Cross” y “The Seven Angels”, en la que todos aparecieron en escena y llevaron a cabo una verdadera ópera de metal. Así, después de tres horas y media y una lluvia de papelitos, concluyó este nuevo paso de Tobias Sammet y compañía por nuestro país, en el que reinaron la diversión y la pasión, tanto de parte del público como de la banda. La historia de Avantasia sigue siendo escrita y, sin dudas, esta fue una de las mejores páginas de este fantástico nuevo capítulo.
 
 
 
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