Sus seguidores lo conocemos por sus múltiples ocupaciones, aunque la que más nos gusta es la de ser el frontman de Iron Maiden, una de las más grandes bandas de heavy metal de la historia. Pero Bruce Dickinson, además de músico, es esgrimista, piloto de avión, Licenciado en Historia, empresario cervecero y orador, entre muchas otras cosas que nos cuenta en su libro “¿Qué hace este botón?: Una autobiografía”, publicada en 2018.

A lo largo de las páginas, no solamente vamos a encontrar un listado de todos sus logros (que son bastantes), sino más bien las vivencias que lo llevaron hacia ellos y, por supuesto, algunos fracasos también. De manera divertida, con un humor muy ácido (y muy inglés), Dickinson repasa cada una de sus experiencias relacionadas con sus pasiones, arrancando por un desmesurado enamoramiento de la ingeniería militar, pasando por sus días negros en los institutos educativos, hasta llegar a su consolidación como líder de Iron Maiden y su vida post fama. Finalmente, su lucha y victoria contra el cáncer le dan un cierre al libro (paradójicamente, esto actuó como disparador para que aflorara el deseo de escribir sus memorias).

Quizá para los más acérrimos fans del grupo ingles, el libro sepa a poco, porque no vamos a encontrar allí un sinfín de entretelones o anécdotas inéditas sobre la banda; y no está mal que así sea, porque el eje de la cuestión está en el desentramado del corazón y la mente de un tipo que hizo mil cosas en su vida y que, según lo que se puede leer, todas tienen el mismo nivel de importancia. Eso es lo que vemos: para Dickinson, Maiden es tan importante como volar un 747 o participar de un campeonato de esgrima.

Por otro lado, los que no conocen el perfil de Dickinson y esperan encontrarse con anécdotas del rockstar estereotipado que hace honor a eso de “sexo, drogas y rock & roll”, se van a llevar una decepción porque acá veremos a un tipo que intenta superarse todos los días, trabaja para ello y es pura creatividad y disciplina. Si bien no oculta sus errores y a veces peca de arrogante, ello no deja de alejarlo de los cliché.

Omisiones hay varias: hablar de otros en exceso, sus matrimonios, sus divorcios, sus hijos y temas muy íntimos. Pero creo que eso queda bien claro en el título del libro, el cual indica que la curiosidad de Dickinson por diferentes tópicos que, en general, se relacionan con la creatividad, son los ejes que van a llevar adelante la cronología de su vida dentro de las páginas.

En resumen, si antes lo amábamos, ahora lo amaremos aún más. Si no conocían nada de él más que su voz en la música, les recomiendo absolutamente que lean este libro porque, sin duda, su vida es cualquier cosa menos aburrida.