Crónica: Roberto Isa / Fotos: Maru Debiassi

La legendaria banda británica, una de las máximas influencias del death metal y del grindcore, pasó por Buenos Aires con un contundente espectáculo.

Hacer de la música extrema una delicia auditiva es una tarea reservada solamente para grandes nombres, y Carcass dio sobradas muestras de ser uno de ellos. Los ingleses, precursores del death metal y el grindcore, además de estar entre los principales referentes del género, ofrecieron en el Teatro Flores un show tan brutal como excelso, con un sonido arrollador pero que jamás peco de falta de limpieza.

Luego de que los locales Lesa Humanidad y Climatic Terra se encargaran de calentar la previa con propuestas de muy buen nivel y una excelente respuesta por parte del público, Carcass se hacía presente en la noche porteña llamando de antemano la atención de los asistentes las imágenes proyectadas en la enorme pantalla detrás de los músicos, anticipando lo que sería un show tanto auditivo como visual. “Buried Dreams” y su machaqueo asesino fueron los encargados de abrir el recital, que no ofrecería respiro con una seguidilla demoledora que encontró pogos, rondas y brazos en alto acompañando cada riff y doble bombo.

El pronunciado mediotiempo de “Under the Scalpel Blade” (perteneciente al disco “Torn Arteries”, último trabajo discográfico hasta la fecha) ofreció el primer respiro en un inicio a pura violencia, retomada de inmediato con el vértigo thrashero de “This Mortal Coil”, antes de que llegue la muy festejada versión enganchada entre “Tomorrow Belongs to Nobody” y “Death Certificate”. En ese momento llegaba el primer saludo del cantante y bajista Jeff Walker, líder y fundador de Carcass junto al guitarrista Bill Steer, quien se dirigió a la audiencia para preguntar cómo la estaban pasando. Cuernos en alto, el contundente gesto afirmativo de los asistentes confirmaban que lo que estaba viviendo en la noche del jueves era una gran presentación de metal. La banda, que se completa con el baterista Daniel Wilding y el guitarrista James ‘Nip’ Blackford, brinda no solamente ejecuciones notables y cronométricamente perfectas, sino que también se sustenta por un sonido arrollador, como pocas bandas del estilo hayan brindado en este recinto.

Las guitarras gemelas del intermedio de “316L Grade Surgical Steel” fueron coreadas por todos los presentes, antes de que el doble bombo de “Corporal Jigsore Quandary” amenazara con tirar abajo el Teatro, y no es una exageración. Para el final del show, quedaron los exponentes de la era primigenia de la banda que ya asoma sus 40 años de trayectoria, con “Genital Grinder” y “Pyosisified (rotten to the Gore)” del álbum “Reek of Putrefaction”, y “Exhume to Consume” seguido de “Reek of Putrefaction”, pertenecientes a “Symphonies of Sickness”, primer y segundo discos de Carcass, que justamente marcaron el paso del grindore al tradicional death metal melódico. El “olé, olé” habitual de cada recital se hizo presente mientras la banda saludaba y prometía un pronto regreso, que de seguro será tan arrollador y perfecto como el de este jueves por la noche.