Amorphis ha logrado despegarse de todos los estándares conocidos haciendo imposible el ejercicio de catalogar su música entre alguno de los tantos eslabones que se desprenden del núcleo duro del heavy metal. Con una lírica fuertemente influenciada por el poema épico finés “Kalevala” los oriundos de Helsinki principiaron su carrera practicando el tradicional death metal melódico escandinavo y poco a poco fueron animándose a coquetear con el doom metal, el metal progresivo, tonadas de folklore persa, y hasta elementos de la música electrónica, creando amalgamas exquisitas e innovadoras llegando al clímax en el inmaculado “Elegy” (1996), predilecto entre los trabajos más trascendentes de la década de los noventa. Te presentamos cinco cortes clave en su catálogo para conocerlos mejor.
1. Black Winter Day
Con “Tales From The Thousand Lakes” (1994), el sexteto despegaría del circuito under del death metal. Hasta el día de hoy, esta placa es considerada una obra maestra de la innovación. La hipnótica “Black Winter Day” es tan solo una de las múltiples gemas que brillan en este trabajo, y una favorita tanto de la banda como de los fans a la hora de armar el repertorio a presentar. La letra es un fragmento textual extraído del “Kalevala” del momento en que a la hija de la bruja Louhi se le recuerda cómo cambiará su vida al casarse con el herrero Ilmarinen.
2. My Kantele
Extraída de la placa “Elegy” (1996), obra cumbre de la agrupación, “My Kantele” resulta una infaltable en concierto. Una bellísima balada que narra la creación del primer Kantele (instrumento de cuerda tradicional de Finlandia) a manos del protagonista del “Kalevala”, Väinämöinen, quien lo fabricó a partir de los huesos de la mandíbula de un lucio, aunque éste lo niega diciendo que el instrumento estaba hecho de dolor y contienda. Un reflejo de la famosa frialdad en la manera de pensar del pueblo de Suomi.
3. Alone
Es interesante notar que durante el final del siglo pasado y la primera mitad de la década de 2000, bandas de tintes similares a Amorphis, como Moonspell o Paradise Lost, entraron en un período de cambios y experimentación. El sexteto finés tampoco escapó a la curiosidad de explorar nuevos sonidos añadiendo a su música instrumentos de viento y bases electrónicas. “Alone”, apertura de la placa “Am Universum” (2001) es uno de los ejemplos más efectivos de aquella etapa transitoria y no tan destacada de Amorphis. Hoy en día, es una de las escasas referencias a dicha época a la hora de armar el set list para los shows.
4. House of Sleep
Para la segunda mitad de la década pasada la banda experimentó un cambio radical en su trayectoria cuando su vocalista Pasi Koskinen abandonó el barco. El reemplazante fue Tomi Joutsen quien sería el abanderado de una nueva era en donde la agrupación torció el camino de vuelta hacia sus raíces pero sumando una carga categórica de estribillos memorables. La primera evidencia de esta etapa fue el agresivo “Eclipse” (2006). La pegadiza “House of Sleep” fue por mucho tiempo la encargada de ponerle el broche de oro a los conciertos de Amorphis. La letra nos retrotrae al “Kalevala”, en el momento en que Kullervo se encuentra con su hermana a quien no conocía y termina seduciendo y enamorando, culminando en una tragedia al descubrir la verdad de su vínculo.
5. Silver Bride
Con “Skyforger” (2009), Amorphis logró el balance perfecto entre las melodías adictivas y la melancolía de las obras de antaño erigiéndose como un pilar fundamental de esta nueva etapa. “Silver Bride” es un hit instantáneo con un estribillo imborrable, que narra como el herrero Ilmarinen, desgarrado por la muerte de su primera esposa, decide forjarse una mujer nueva utilizando oro y plata, pero la encuentra fría y sin vida. Una referencia al dicho de que “el dinero no compra la felicidad”.
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