No hay banda más trascendente y pionera para la música pesada que Black Sabbath. Con la conformación de un sonido y un estilo propio armaron el gran cimiento que, con el transcurso del tiempo, daría vida a los diferentes movimientos y subgéneros dentro del metal. Pero como la historia de Sabbath en particular es inabarcable, nos propusimos dividir esta sección en dos (discos con Ozzy Osbourne/placas con otros vocalistas). Para comenzar, en esta entrega seleccionamos cinco canciones indispensables de Black Sabbath con Ozzy entre sus filas.

1. Black Sabbath

El origen de todo, la oscuridad había llegado. Es muy probable que sin el arribo de esta canción, estas líneas casi no tendrían razón de ser. Es verdad que fue todo muy caótico en aquella época, porque eran varias las agrupaciones que ya habían empezado a experimentar con sonidos más pesados para los registros de aquellos tiempos. Sin embargo, fue Black Sabbath con su disco homónimo (1970) y, en especial, con el tema homónimo que trascendió los niveles de oscuridad con una atmósfera lenta, pesada y muy sofocante. La temática lírica buscada también era algo poco explorado hasta aquel entonces. La leyenda reza que Ozzy Osbourne le prestó un libro sobre ocultismo al bajista Geezer Butler, quien quedó fascinado con el mundo que se abría ante él. El propio Butler alimentó el resto de la historia: ”Esa misma noche cuando estaba acostado, una figura negra se apareció ante mí y me señaló con el dedo. Luego le conté esto a Ozzy y le sirvió como inspiración para crear la letra”. Armónicamente también tiene su mística debido a que en pleno ensayo, aparentemente, Tony Iommi y Butler tocaron las mismas notas por casualidad. Uno de los temas más emblemáticos de la historia del metal debía tener una buena historia que la contenga y, como verán, no fue la excepción.

 

2. War Pigs

Black Sabbath, más allá de sentar las bases del género, puede jactarse de poseer en su discografía una de las mejores composiciones antibélicas jamás creadas. ”Paranoid” (1970), segunda placa del conjunto de Birmingham abre con “War Pigs”(cuenta la leyenda que iba a titularse Walpurgis como homenaje a los satanistas, pero la discográfica sugirió que sea el que todos conocemos), obra fundamental en el repertorio sabbathero. Rápidamente tuvo una asociación directa con la guerra de Vietnam, aunque El Príncipe De Las Tinieblas aclaró en repetidas oportunidades que se trataba de un tema antibélico genérico. Sin embargo, el bajista Geezer Butler dio su versión sobre la génesis de la pista y la influencia de Vietnam a la hora de componerla: “Todo tipo de cosas anti-Vietnam sucedían. La guerra es el verdadero satanismo. Los políticos son los verdaderos satanistas. Eso es lo que estaba tratando de decir”. El tema es una institución en sí mismo. Así lo confirma la intro de un minuto que le da paso a Ozzy con su: Generals gathered in their masses/Just like witches at black masses/Evil minds that plot destruction/Sorcerer of death’s construction(Generales reunidos en sus masas/Al igual que las brujas en las masas negras/Mentes malvadas que planean la destrucción/Hechicero de la construcción de la muerte) que va directo a freír cerebros, acompañado de los cambios de climas que destacaron a Black Sabbath en toda su trayectoria.

 

 

3. Paranoid

Es historia conocida que esta joya se creó en solo veinte minutos y porque la discográfica les pidió a los muchachos que hicieran una canción de tres minutos, para rellenar el disco que se tituló de la misma manera. La letra, a cargo de Butler, apunta hacia el consumo de drogas y la depresión. “Por entonces no sabía la diferencia entre depresión y paranoia. Digamos que fue algo relacionado con las drogas, porque cuando consumes ciertas sustancias te vuelves totalmente paranoico y no puedes tratar a la gente, a lo que se suma que hay una depresión posterior”, afirmó el bajista en una entrevista del 2013. Puede que esta composición no esté a la altura de tantísimas otras bajo esta formación pero el riff de guitarra se ganó un lugar entre los grandes en la historia del metal. Por otro lado, fue una pista clave en el éxito y masividad de la banda. El tema no solo llegó a más porciones de la audiencia en la década del 70’, sino que también en la actualidad goza de una vigencia absoluta, tanto en su inclusión en series, películas, videojuegos y publicidades. Por lejos, la canción de Black Sabbath más conocida en el planeta y, por supuesto, la más reproducida en Spotify. No podía dejar de tener su lugar en este top.

 

4. You Won’t Change Me

Si algo se destaca de Black Sabbath con Ozz, es la capacidad para lanzar clásicos. Por eso, el disco de 1976, “Technical Ecstasy” no tuvo la aceptación de los cuatro primeros de su discografía. Sin embargo, es el que contiene una de las piezas más oscuras de toda la carrera de los británicos: “You Won’t Change Me”. Es verdad que dentro del repertorio sabbathero puede haber muchas composiciones con esta tónica pero, en particular, este track sabe englobar una letra oscura con la guitarra de Iommi en un estado de perfección casi total y agrega un teclado intrigante cortesía de Gerald Woodruffe. La lírica puede interpretarse de varias maneras:  Una acepción posible es la de una persona que declara los principios ante la vida de vivir a su modo(Nobody will change me anyway/Nadie me cambiará de todos modos), mientras que por otro lado, puede tener una pizca de desamor que se manifiesta en los pedidos de cariño que Ozzy expresa en pasajes de la letra (I wish you’d come and see me, I’d like to hold you/Ojalá vinieras a verme, me gustaría abrazarte). Otro guiño de lo vital de esta creación, y en especial para la comunidad metalera argentina, es la versión en español que el ex V8 y Hermética Ricardo Iorio realizó para su álbum de 2015, “Atesorando En Los Cielos”.

 

5. Air Dance

La composición, por lejos, más experimental de Black Sabbath en su repertorio. Este tema se incluye en el último disco con Ozzy antes de su partida hacia su exitosa carrera solista, “Never Say Die!” (1978). En su tiempo fue una placa muy criticada, ya sea por el aparente desgaste de los integrantes del conjunto, como de la situación personal de Ozzy, quien había abandonado la banda para luego regresar antes de la publicación de este LP. En muchas oportunidades, tanto Butler como el baterista Bill Ward se concebían como una banda de jazz, por muchas de las estructuras que tejían para la creación de las canciones. La prueba más clara de ello, es ”Air Dance”. Un track con cimientos de jazzeros que muestra la experimentación en todo su esplendor con el piano de Don Airey y con la inclusión de algunas mixturas latinas, que bien podrían estar influenciadas por Weather Report o por el Santana de los 70’s. En definitiva, una pieza fundamental para comprender los orígenes y las influencias del grupo pionero por excelencia en la historia del metal.