Crónica: Max Garcia Luna / Fotos: Cristian Estaurino

El combo que reunía a Lamb of God, Carcass y Heaven Shall Burn en un mismo cartel, tuvo su epicentro en el local situado en el corazón del barrio porteño de Palermo, en lo que fue una verdadera cumbre de metal extremo.

La jornada comenzó puntualmente a las 19:30 con Heaven Shall Burn. La banda liderada por Marcus Bischoff funciona con la precisión de un reloj haciendo gala de su eficiencia germánica. Su propuesta radica en una suerte de death metal melódico y metalcore con letras anti-racistas y contra la injusticia social. La energía que desprenden en vivo multiplica la potencia de sus registros de estudio, y aunque para algunos su nombre puede resultar poco familiar, ostentan en su haber ocho trabajos de larga duración editados, el último en 2016 bajo el titulo “Wanderer”, cuya presentación servia de excusa para esta gira. Aún así, el quinteto proveniente de Saalfeld, soltó un certero arsenal de éxitos cosechados a lo largo de todo su catalogo poniendo en clima a la audiencia que poco a poco iba siendo más numerosa.

Para cuando el instrumental “1985” comenzó a sonar, llego el momento más esperado para muchos de los allí presentes, “316L grade surgical steel”, “Buried dreams” e “Incarnated solvent abuse” firmaron el inicio de los pioneros del grindcore. Carcas se hacia del escenario marcando un nivel que no bajarían hasta el final del show. Su mítico cantante Jeff Walker se encuentra en plena forma y junto a Bill Steer conforman un tándem demoledor. Los últimos en integrarse -el guitarrista Ben Ash y el baterista Daniel Wilding- están a la altura de las circunstancias y cumplen con creces sus puestos en lugar de los históricos Michael Amott y Ken Owen. Continuaron con “Carnal forge”, la seguidilla “Unfit for human consumption”, “Cadaver pouch conveyor system” y “Captive bolt pistol” de su último álbum “Surgical steel”, perlas de sus anteriores trabajos como “Exhume to consume”, “Reek of putrefaction”, “This mortal coil”, un amague con la intro de “Black star” que se engancho rápidamente con “Keep on rotting in the free world” y “Corporal jigsore quandary”, cerrando la presentación con su himno “Heartwork” y “Carneous cacoffiny”.

Incluso luego de toda esa brutalidad el público estaba preparado para más, y 22:15 puntuales, Lamb of God rompió el silencio con “Laid to rest”, aunque no con la misma nitidez que su anterior relevo. Le siguieron “Ruin”, la canción nominada al Grammy “512” y “Desolation”. Randy Blythe no para de moverse y saltar por todo el escenario entonando “Walk with me in hell”, su paso por una prisión Checa parece no haber hecho mella en él, o al menos esa es la impresión que da su desempeño escénico, desbordando energía en cada tema. “Still echoes”, “Now you’ve got something to die for” y “Hourglass”, reivindicaron su status de ser una de las bandas más importantes del groove metal actual, aunque por desgracia la batería del eximio Chris Adler se mantuvo en un plano mas elevado, mientras que las guitarras quedaban algo atrás en la mezcla. “Ghost walking”, “Engage the fear machine” y “Broken hands”, se sucedieron en la lista, dejando para el final la dupla “The faded line” y “Set to fail”, para terminar con “Blacken the cursed sun” y “Redneck” de su cuarto álbum de estudio “Sacrament”. Dando cierre a una jornada histórica para los amantes del género.
 
 
 
[srizonfbalbum id=93]