Corría 1982, Black Sabbath ya había sufrido la ida de Ozzy Osbourne y el posterior éxito y partida de Ronnie James Dio después de ”Heaven And Hell” y ”Mob Rules”. De este modo, A Tony Iommi se le ocurrió tentar al vocalista de Whitesnake, David Coverdale, para tomar el micrófono de la banda y suplantar a las dos leyendas. Sin embargo, cuando el teléfono sonó, Coverdale dejó en claro su postura y declinó la propuesta de inmediato.
Hombre santo
David Coverdale nació el 22 de septiembre de 1951 en North Yorkshire, Inglaterra. Se crió en una familia donde el blues estaba presente en todo momento y, de esta manera, se convirtió en el género que lo marcó a fuego para toda su vida.
El futuro de David en su juventud se perfilaba para seguir como vendedor de ropa. De hecho, laburó por algún tiempo en una tienda de pantalones de alta costura. Pero como las linealidades están hechas para romperse, a los 22 años decidió probar suerte en una audición, dado que le gustaba cantar. Aquí, de manera encubierta, el conjunto liderado por Ritchie Blackmore, Deep Purple buscaba un vocalista que pueda reemplazar al vocalista saliente Ian Gillan.
Fue así, que la asombrosa calidad técnica que tenía para pasar del susurro al grito en solo un instante, hicieron que acceda al puesto de manera casi instantánea.
Con la que supo ser una de las bandas pioneras del hard rock estuvo desde 1973 hasta 1976 y grabó tres álbumes de estudio: ”Burn” (1974), ”Stormbringer” (1974) y ”Come Taste the Band” (1975). A pesar de estar poco tiempo en la legendaria agrupación, muchos seguidores de Purple prefieren esta época en las que contaban con Coverdale y Glenn Hughes en sus filas, por sobre las de Gillan.
Hambre de amor
Cuando David tuvo que reinventarse para seguir en el mundo de la música, sacó un par de discos en solitario hasta que tuvo que crear una banda para terminar de forjarse un nombre. Así, en 1978 nació Whitesnake, título que según él, hace referencia a su propio miembro viril.
El grupo se hizo un lugar en la escena inglesa de forma veloz a fuerza de buenos discos y de sólidas formaciones. Muchos artistas de primer nivel eligieron estar al lado de Coverdale aunque sea por algún momento en esta aventura llamada Whitesnake. Entre ellos, podemos nombrar a Micky Moody(co-fundador con Coverdale), Roger Glover, Neil Murray, Ian Paice, Cozy Powell, Vivian Campbell, Rudy Sarzo, Doug y Tommy Aldrich, entre tantos otros músicos de primera línea.
De todas maneras, la historia de Whitesnake se puede dividir en dos. En primer lugar la faceta británica, con una crudeza heavyblusera que se distinguía en placas como ”Ready An’ Willing”. Y en segundo lugar, la era norteamericana con un cambio de vestimenta notorio en consonancia con el glam metal, además de un sonido más limpio y hardrockero que tuvo su ápice con el disco homónimo o más conocido por la mayoría como ”1987”, lanzado en esa segunda mitad de los años 80 ‘s.
Afincado en Estados Unidos, Coverdale se transformó en una especie de sex symbol por dentro y fuera de la escena. Esta postura estuvo alimentada por sus romances con mujeres del jet set, como lo fue el matrimonio que contrajo con la actriz Tawny Kitaen. La propia Tawny es la protagonista de algunos de los videoclips de las pistas más exitosas, en términos comerciales, de los ingleses: ”Is This Love” y ”Here Go Again”. El matrimonio solamente duró desde 1989 hasta 1991, pero los videoclips que ella protagonizó durarán por toda la eternidad.
Sensación de calor
Fuera de Whitesnake, en 1993 sacó un disco muy interesante con Jimmy Page que se autotituló ”Coverdale/Page” y dejó una linda huella en el tiempo, aunque casi no tuvo gira por presiones del management de Page para reunir a Led Zeppelin.
Después de más de 45 años de actividad en el mundo de la música, la Serpiente Blanca sigue en vigencia, y Coverdale demuestra que es uno de los frontman más seductores de toda la escena del rock de todos los tiempos. Un dato curioso, que pinta la sensualidad que Coverdale quiere transmitir, es que Whitesnake se convirtió en uno de los conjuntos que más utiliza la palabra ”Amor” en los títulos de sus canciones. Por eso, para cerrar la columna, nada mejor que una frase suya de 1983 que lo ilustra de cuerpo entero: ”El Rock no dejará de sonar nunca mientras la gente siga bebiendo y garchando”.
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