Crónica: Roberto Isa / Fotos: Gallo Bluguermann
Dentro del marco del “The Mega-Monsters Tour 2023”, los franceses Gojira y los estadounidenses Mastodon aterrizaron en Argentina para ofrecer un descomunal espectáculo en conjunto.
Caía la tarde en Buenos Aires, y con ella la lluvia que se hacía presente como preámbulo a lo que sería una contundente demostración de dos de las bandas más importantes de lo que puede entenderse como metal moderno. Esto es, bandas nacidas entre finales del siglo pasado y comienzos del actual, cuyo recorrido en el mundo de la música está muy lejos de concluir.
Luego de los locales Against, una fija en varias visitas internacionales a lo largo del año, reafirmando su estatus de banda destacada de la escena nacional, llegaba el turno de Mastodon, uno de los dos monstruos de la noche. Y tal como su nombre lo indica, el mastodonte salió a la escena de manera aplastante, con la pesada “Gobblers of Dregs”, de su más reciente disco “Hushed and Grim”, antes de que “Crystal Skull” ponga a todo el Movistar Arena a saltar.
La faceta progresiva de Mastodon asoma en todo su esplendor en “Megalodon”, donde el gran cuarteto conformado por el bajista Troy Sanders y los guitarristas Brent Hinds y Bill Kelliher, encuentra su figura destacada en el baterista Brann Dailor. La precisión en los cambios de tiempo, propios de su influencia jazzera, sumados a la variedad de recursos técnicos que muestra sobre las tablas, lo posicionan como un músico de excelencia. Pero por si faltara más, el bueno de Brann también dispone de una excelente voz que lo hace resaltar dentro de un grupo donde las labores vocales se reparten entre todos sus integrantes, y así lo demuestra cuando toma las riendas en “Sultan’s Curse”.
El repertorio de Mastodon siguió ofreciendo un repaso de casi toda su discografía, donde “Black Tongue” arremete con suma potencia riffera (e incendiaria, por las llamaradas elevadas durante la canción, al igual que lo hicieran en “Divinations”) para luego brindarle espacio a la psicodelia lisérgica de “The Czar” antes de que “High Road” vuelva a acercarlos al sonido del heavy metal más tradicional, siendo culminado con un “te queremos, Buenos Aires”, en un nítido español a cargo de Bill Kelliher. La dupla letal de “Steambreather” y “Blood and Thunder” le pusieron cierre a un show que no ofreció respiro, en una excelsa demostración de recursos técnicos y compositivos de parte de una banda que ya formó su propio legado y continúa expandiéndolo.
Media hora más tarde, llegaba el turno del otro monstruo de la velada, Gojira, quienes emulando a la bestia fantástica japonesa de la cual toman el nombre, salieron a demostrar un poder devastador. La fortaleza atómica de la banda se sustenta en las graves y pesadas distorsiones de los guitarristas Joe Duplantier y Christian Andreu, las sólidas líneas de bajo de Jean-Michel Labadie, y, sobre todo, en la labor de Mario Duplantier en la batería. Al igual que el acto anterior, los franceses tienen en Mario un baterista excepcional, quien a pura potencia y destreza sacudió los cimientos del estadio dando clases magistrales de ejecución del doble bombo.
“Ocean Planet” dio inicio al show de Gojira, para que luego de la primera interacción del cantante Joe Duplantier con el público, la banda arremeta con la ultra heavy “Backbone”, celebrada a puro pogo por un campo que no cesó en todo el show. El acompasado riff de “Stranded” terminó por convertir al Movistar Arena en un hervidero, al tiempo que el estribillo puso a todos a cantar tan fuerte como corearon la melódica introducción de “Flying Whales”, mientras que en medio de las rondas que se armaban en el campo deambulaba una orca inflable, en consonancia con los cetáceos que aparecían al mismo tiempo en la enorme pantalla detrás de los músicos.
El solo de batería de Mario Duplantier reafirmó su lugar destacado en el show, donde junto con su hermano Joe llevan las riendas de la performance. Sobre el cantante hay que decir que se ajusta al estándar del buen frontman, interactuando con el público de manera justa y necesaria, sin caer en exagerada demagogia pero mostrándose cercano a la audiencia, incluso intercambiando las infaltables bromas futboleras. La demoledora y coreable “Silvera” anunciaba el comienzo del fin del primer tramo del show, cerrando la primera parte con el machaque death metalero de “L’enfant Sauvage”.
Como punto final quedaron los bises, con la trilogía fulminante conformada por “The Heaviest Matter of the Universe”, la políticamente comprometida “Amazonia” (que refuerza la preocupación medioambiental de Gojira, un sello de la banda) y el perfecto cierre de “The Gift of Guilt”, oficiando de culminación de un excelente recital dotado de técnica y potencia. De esta manera terminaba una noche colosal a cargo de dos auténticas bestias del metal, que ya cuentan con historia propia pero que (afortunadamente) tienen mucho recorrido por delante. El título de mejor show del año tiene un nuevo y serio candidato, se trata de un monstruo de dos cabezas llamados Gojira y Mastodon.
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