Crónica: Max Garcia Luna / Fotos: Maru Debiassi
A poco menos de un año de su última visita, Helloween regresó a nuestro país, esta vez junto a dos invitados de lujo: Arch Enemy y Kreator.
Las inmediaciones del predio ubicado en el microcentro de la ciudad autónoma de Buenos Aires se convulsionaron desde las primeras horas de la tarde, con la presencia de cientos de fanáticos del veterano combo alemán.
Helloween se reunió con sus ex miembros durante el año pasado en el contexto de la gira bautizada “Pumpkins United”, que marcó el regreso del vocalista Michael Kiske, y del guitarrista y vocalista Kai Hansen, junto a la actual formación encabezada por Andi Deris, los históricos Michael Weikath y Markus Grosskopf, en guitarra y bajo respectivamente, más Sascha Gerstner en guitarra y Dani Löble en batería.
Tras la actuación de los nacionales Ariadna Project en formato acústico, Kreator subió al escenario con toda la potencia y brutalidad que respaldan sus 30 años de trayectoria. Los liderados por Mille Petrozza, ejecutaron un setlist que supo balancear canciones clásicas con las de su última producción, “Gods of Violence”, lanzada en 2017. Teniendo a “Enemy of God” como máximo punto de ebullición con un enorme circle pit incluido.
Por su parte Arch Enemy, una de las agrupaciones de death metal melódico más populares del panorama actual, llegaba promocionando su más reciente trabajo discográfico titulado “Will To Power”, en el que hicieron especial hincapié dentro de una lista compacta de 10 canciones, que contemplaba éxitos como “My Apocalypse”, “We Will Rise” y “Nemesis”.
El broche de oro vino apenas pasadas las 22hs, cuando sonaron los primeros acordes de la épica “Halloween”, con Deris y Kiske cantando juntos. El grupo teuton desplegó un set similar al del año pasado, recortando algunos temas y añadiendo otros como “March of Time”, la reciente “Pumpkins United”, que escribieron antes de comenzar este tour y los clásicos: “Eagle Fly Free”, “Keeper of the Seven Keys” y “Future World”. La gigantesca pantalla situada detrás de la batería de Dani Löble aportaba el marco visual ideal dentro del mítico estadio, enriqueciendo una performance que contó con un sonido fuerte y cristalino a lo largo de las 2 horas y media que duró el show, con momentos memorables de profunda conexión con su público, como en la seguidilla de “Are You Metal?” y “Perfect Gentleman?”. Sobre el final estallaron papelitos y se soltaron globos, mientras la enérgica “I Want Out”, coronaba la noche con los siete músicos sobre el escenario.
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