Udo todavía buscaba su destino. Tocaba el piano y cantaba (más a modo de broma que otra cosa). Sin embargo, los alaridos que pegaba eran tan característicos que sus amigos lo convencieron de que podría llegar a algo con ese potencial. Comenzó a cantar en serio y se conformó con hacerse un nombre en Alemania. Lo que el joven Udo aún no sabía, era que su voz estaba signada a convertirse en una de las más significativas del heavy metal clásico.

Nacido para correr

En Wuppertal, por entonces ciudad de Alemania occidental, nació Udo Dirkschneider un 6 de abril de 1952. Criado en una familia de clase media típica, el pequeño Udo creció con la música como uno de sus pilares formativos, aunque de pequeño deseaba ser chef de cruceros para poder viajar. Tanto él como sus hermanos, a temprana edad ya practicaban varios instrumentos.

La adolescencia lo encontró como pianista incipiente, pero finalmente Udo encontró en su voz una valiosa arma para incursionar en un género que se encontraba en constante ascenso: el heavy metal. El joven alemán estaba fascinado con los primeros discos de Black Sabbath, Led Zeppelin y Deep Purple, por lo que no era muy difícil imaginar un rumbo hacia aquellos caminos.

Hacia fines de los 60’s, formó su primera banda llamada Band X pero tras varios intentos de encontrar una oportunidad en la escena el grupo terminó por desaparecer. Recién en 1976, y principalmente junto al guitarrista Wolf Hoffman decidió fundar Accept. Tres años más tarde consiguieron lanzar su primer trabajo de estudio homónimo pero de manera limitada y con alcance solo en la denominada ”Alemania capitalista”.

Corazón de metal

”Sin el ”Breaker”Helloween no existiría”, afirmó Udo sobre el tercer álbum de Accept que, de alguna manera, fue precursor de un sonido power metal que aún estaba en pañales y posteriormente sus coterráneos tomaron como bandera. Si ”Breaker” fue un disco prometedor, el quinto trabajo titulado ”Balls to the Wall” (1984) fue el que los catapultó hacia la cima en los años dorados del heavy metal y los hizo trascender en el mercado estadounidense.

En 1987 luego de ”Russian Roulette” el conjunto estaba algo desgastado, por lo que el frontman decidió alejarse para formar un proyecto solista que aún lo mantiene en la ruta y con más de quince discos publicados: U.D.O. Más allá de su huella fuera de Accept, el blondo cantante posee una historia de encuentros y desencuentros con su banda.

A mediados de la siguiente década Udo volvería a Accept para grabar tres últimos discos con el grupo. Como el heavy metal ya no era uno de los sonidos preponderantes en una escena rock dominada principalmente por el grunge y el nu metal, el esperado regreso de Udo se extendió por solo cuatro años y el conjunto teutón estuvo condenado al destierro.

‘Lo peor que me pudo pasar es que me echen de mi propia banda”, señaló en diferentes situaciones. Pero la historia con Accept tuvo, el hasta ahora, último episodio en 2005 con una serie de conciertos que reunieron a la formación clásica una vez más. La gira contó con shows por varios países europeos y Japón.

No quiero ser un héroe

Hacia fin del 2014, Udo viajó de su casa en España hasta Berlín para ver la presentación de Saxon en su Alemania natal. U.D.O se había quedado sin baterista y quería despejarse viendo a una de las bandas que tanto le gustaban, con el agregado de que su hijo de 21 años Sven Dirkschneider reemplazaría al histórico batero inglés Nigel Glocker. Una vez terminado el concierto, se acercó al backstage para felicitar a Sven por su desempeño. 

-¿Por qué no te llevás a tu hijo contigo? Es un baterista fantástico- lo interpeló en un arrebato el vocalista de Saxon, Biff Byfford, al tanto de la situación.

Desde el 2010 que los Accept volvieron al ruedo con el norteamericano Mark Tornillo en voz y Udo lo hace a su manera en compañía de su hijo. Es probable que no volvamos a ver una nueva unión pero con una larga trayectoria a cuestas y rumbo a sus 70 años, vale recordar una reflexión que realizó a comienzos de siglo: ‘’Si querés estar en este negocio durante años, tenés que hacerlo al 100%. Hay que mantener una vida saludable y sobre todo libre de drogas’’. Casi veinte años después, su voz aún no se apaga.