Crónica: Nicolas Cardinale / Fotos: Florencia Giuliana
Después de cuatro años de espera, los piratas de Alestorm recogieron velas y anclaron ante un Uniclub colmado de fans que se unieron a su tripulación durante dos magníficas horas.
En el marco de su gira latinoamericana, la banda británica se hizo presente en Buenos Aires el pasado jueves 7 de diciembre, tras haber estado en Rosario el día anterior y previo a ir a Córdoba al siguiente, con la excusa de mostrar su nuevo disco “No Grave But The Sea”, que salió en mayo de este año. A través de los 17 temas que conformaron el setlist, repasaron toda su discografía con predominancia de su última producción, los cuales fueron coreados en su totalidad por la fanaticada que ocupó cada rincón de Uniclub.
Las puertas de Guardia Vieja al 3360 abrieron a las 19:15 y, cerca de veinte minutos más tarde, la banda nacional Raise My Kilt desplegó una buena performance de folk metal hasta pasadas las 20. Transcurridos otros veinte minutos, los brasileños de Hugin Munin pisaban el entablado porteño por primera vez en sus diez años de carrera y tocaron hasta casi las 21 de forma aceptable, salvo por un desperfecto técnico en una de las guitarras, que no se escuchó durante toda su actuación.
A las 21:30 el telón se abrió por última vez ante la ensordecedora ovación del público, que se hizo aún mayor con la salida del quinteto, que comenzó con “Keelhauled” para terminar de desatar la locura. Sin parar, ejecutó el tema que le da nombre a la agrupación, uno de los presentes en su más reciente esfuerzo de larga duración. La fiesta continuó al ritmo de “Magnetic North” y “Mexico”, durante los que la audiencia iba de pared a pared del recinto a causa del pogo. Dos clásicos se hicieron presentes con “That Famous Ol’ Spiced” y la excelente “The Sunk’n Norwegian”, tras los que se dio paso al title track del nuevo trabajo de estudio, bajo un sofocante ambiente pero que no dejaba de permitir el disfrute de los presentes. Para bajar un poco el ritmo y los niveles de adrenalina, la actuación siguió con “Nancy the Tavern Wench”, finalizado con la corta “Rumpelkombo”. Tras este descanso (si se permite la contradicción) y a pesar de la falta de aire, la energía volvió con “1741 (The Battle Of Cartagena)” y la divertida “Hangover”, en la que se les unió al grupo uno de los miembros del staff de producción. Luego se regresó al repaso de la nueva placa con “Pegleg Potion” y “Bar Ünd Imbiss”, tras los que el vocalista Christopher Bowes pidió al público que se preparara para el mayor pogo del show, que vendría de la mano de “Captain Morgan’s Revenge”, seguido inmediatamente por otro temazo como es “Shipwrecked”. Después del encore y la presentación los miembros, entre ellos el guitarrista húngaro Máté Bodor, incorporado en 2015 y que hacía su debut con la banda en suelo argentino, la celebración siguió con “Drink” al compás de los coros del público que no se cansaba y saboreaba cada momento. Tras este, llegó el turno de “Wenches & Mead”, el cual tuvo un fragmento cantado con ladridos de perros, modalidad utilizada en todos los temas del segundo disco de la versión deluxe del último trabajo de estudio. La función culminó con “Fucked With An Anchor”, como suele ocurrir últimamente, previo a sacar la foto final. Sonido perfecto, público excelente y descontrol total, se combinaron para que haya sido una noche memorable.
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