Crónica: Nahuel Escalada / Fotos: Maru Debiassi

Con motivo del “Surfing to shockwave Tour 2016”, Joe Satriani volvió a nuestro país para presentar su último disco “Shockwave supernova”, además de celebrar 30 años de carrera musical. En su nueva visita, brindó tres fechas en territorio argentino. Primero en Córdoba, luego en Buenos Aires y, finalmente, se despediría en la ciudad de Rosario. Para los porteños, esta nueva visita nos citaba en el Estadio Luna Park, que sin lugar a dudas, es un gran reciento para ver a un músico de esta magnitud.

Ya pasadas las 21hs, el escenario se oscureció y de a poco empezaron a desfilar los músicos que acompañan al guitarrista en su gira. Por un lado, Marco Minnemann se acomodaba tras los parches; el bajo se lo calzaba un ignoto Bryan Beller, mientras que en los teclados se posicionaba Mike Keneally a la par de colgarse la segunda guitarra. Finalmente, la estrella de la noche, aquella por la que todos los presentes vinieron a enfocar su atención: Joe Satriani. Es así, que la velada comenzó al son de “Shockwave supernova”, tema que da inicio a su última placa, pegado de esa belleza sonora llamada “Flying in a blue dream”, seguida por el clásico “Ice 9”. Si bien al comienzo el sonido no fue el mejor, con el correr del set se fue acomodando. Tras una pequeña jam, “Crystal planet” retumbaba por doquier, dando el pie perfecto para que el oriundo de New York presentara a sus colegas. Y no era para menos, ya que la banda realmente se lució. Tanto Marco como Bryan (ambos de The Aristocrats), representaron una sólida base, mientras que Mike (ex Steve Vai y un largo etc.) fue un leal acompañante tanto en guitarras como en los teclados.

La noche siguió su curso y así sonaron “Friends” (en dedicación a todos los fans por su apoyo a lo largo de estos 30 años), “On peregrine wings”, “Butterfly and zebra”, “Crazy Joey” y “Cataclysmic”, todos del último álbum. Satriani se mostró contento y agradecido frente a su público, mientras intercambiaba sus guitarras con los plomos, esas de color rojo, negro y blanco con alguna que otra caricatura dibujada sobre la caja de resonancia. Los clásicos no faltaron, tanto “Summer song” como “Always with me, always with you” y “Satch boogie”, fueron los más festejados, mientras que en el telón de fondo se podían visualizar sus correspondientes video clips. Tras el solo de batería a cargo de Minnemann –donde los platillos y palillos brillaron en su ejecución-, el show llegaba a su fin con Joe en las voces de “Big bad moon”, y finalmente, el cierre con el clásico “Surfing with the alien”, con las aventuras del Silver Surfer en el proyector. Tras despedirse, los cuatro músicos se ocultaron en la oscuridad del escenario, dejando cautivados a los espectadores y reafirmando la posición de Satriani treinta años después de su debut, como uno de los mejores guitarristas del mundo.

 
 
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