Crónica: Max Garcia Luna / Fotos: China Paoletti
Los Antiguos ofrecieron una contundente demostración de la actualidad de la banda en su primera visita a la ciudad de La Plata, junto a los locales de Güacho.
El pasado sábado 29 de octubre los platenses Güacho se presentaron en El Teatro Sala Ópera. El trío de rock integrado por Lisandro Castillo, Joaquín Castillo y Hernán Torres, que se convirtió en una de las bandas más convocantes de la escena local de los últimos tiempos, repasó parte del material incluido en sus dos álbumes: Vol. I (2012) y Vol. II (Historias de Viajeros) de 2014. El show contó además con algunos invitados como Edu Morote (baterista de Sr.Tomate y Los pilares de la creación), Lucas Barrué (guitarrista de Picaporters) y Shaman Herrera (Los pilares de la creación).
Los aficionados al metal también estábamos de parabienes ya que Los Antiguos llegaban por primera vez a la ciudad de La Plata. Formados en 2012 con integrantes de Saurón, Avernal, Anomalía, Cruz Diablo y Birror, el combo ha tenido un crecimiento enorme a pesar de su corta carrera, y si bien la etiqueta de “Stoner” les calza bien, su propuesta va más allá, llevándolos a tener un sonido propio.
La presentación dio inicio con el instrumental “C.O.C.” induciendo un trance hipnótico que invitaba al cabeceo constante, sin pausa, vinieron “La peste del sapo”, seguido de “Nervioso y ebrio”, ambos de su álbum debut, “Simple”, de 2013.
El trabajo de guitarras de David Iapalucci y Sergio Conforti es sensacional, juntos despiden un arsenal de riff, que construyen sobre las bases del bajo de “Mow” Houdin y la batería de Pablo “Huija”, una pared rítmica en la que el Pato Larralde dibuja su lírica ancestral. Continuaron con “La gran campana”, “Los grises” y “La culpa al viento”, hitazo que ante la arenga del frontman de barba blanca, sumaba a todos los allí presentes a corear el estribo haciendo temblar las instalaciones, antes de darle paso a uno de los nuevos, “La senda de la luz fantasmal”, tema que estará incluido en su próximo material discográfico “Oro para las naves”.
“H.P.V.” y “El hombre que no se puede ir” llegaron desde su reciente disco “Madera Prohibida”, en el que se hizo especial hincapié durante la noche. Para el final dos clásicos: “El inventor del mal” y por supuesto, “Hecho a mi medida”.
A pesar del sonido que distó de ser perfecto, la banda imprimió en casi una hora de show, una contundencia demoledora que dejó al público con ganas de más. “Hasta siempre La Plata, ojalá que podamos volver” sentenció Larralde en la despedida, y esperemos que así sea.
[srizonfbalbum id=68]
Comentarios