Crónica: Max Garcia Luna / Fotos: Cristian Estaurino
El ex cantante de Creed, Scott Stapp desembarco en Buenos Aires con un show íntimo en el que no faltó ninguno de sus clásicos.
Scott Stapp llegó a la escena a mediados de los años noventa, como uno de los fundadores junto a Mark Tremonti del grupo Creed. Su álbum debut “My own prison” alcanzó un éxito sorprendente, llevándolos a lo más alto de los ranking mundiales. Con tres discos editados, en 2004 la banda anunció su separación. Stapp comenzó su carrera como solista, mientras que el resto de los miembros formaron una nueva agrupación bajo el nombre “Alter Bridge”, con Myles Kennedy como vocalista.
En 2009, Creed se reuniría para lanzar su cuarto trabajo de estudio titulado “Full circle” y realizar una posterior gira. Con la tensión todavía alta, la banda llegaría a su fin de forma definitiva, y Stapp volvería a recaer en sus problemas de adicción, sumados a una serie de episodios erráticos que se harían públicos y lo llevarían a ser internado en una institución psiquiátrica, donde se estableció que padecía trastorno bipolar, lo que causaba su inexplicable comportamiento.
Actualmente forma parte de Art Of Anarchy en remplazo del difunto Scott Weiland, junto a los guitarristas Ron “Bumblefoot” Thal (ex-Guns N’ Roses) y Jon Votta, el bajista John Moyer (Disturbed) y el baterista Vince Votta, con quienes prepara el lanzamiento de su segundo material discográfico. Además lleva adelante una gira por Sudamérica que lo trajo de regreso a nuestro país con su banda solista. Hoy lo vemos rejuvenecido, física y psicológicamente recuperado, realizando un espectáculo de calidad.
El setlist incluyo temas de todos sus discos, a excepción de sus trabajos en solitario “The great divide” y “Proof of life”. El público, aunque reducido en número, no dejo de cantar cada uno de los temas que se sucedieron. “My own prison”, “With arms wide open”, “Higher”, “One last breath” y “My sacrifice” fueron algunos de los infaltables durante el show, repleto de canciones que quedaron grabadas en el inconsciente, marcando a toda una generación.
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