Crónica: Juan Manuel Guarino / Fotos: Jimena Savelli

Luego de pasar por Córdoba y Rosario, el inmenso Steve Vai llegó a Buenos Aires para finalizar su gira aniversario por los veinticinco años de “Passion and Warfare”, quizás su obra más emblemática.

“No se me ocurre un lugar mejor para finalizar esta gira que haciéndolo aquí” dijo Steve Vai, luego de derrochar su enorme talento por más de dos horas. Quizás sea extraño comenzar la crónica de un recital por el final, pero las palabras del protagonista vienen como anillo al dedo para comprender el clima de fiesta que se vivió aquella noche en un Luna Park que, si bien no se colmó del todo, tuvo una concurrencia más que suficiente para darle un marco ideal al cierre de la gira de esta leyenda de las seis cuerdas. En una época donde todo lo retro, la nostalgia y los aniversarios captan inmediatamente la atención de las masas, Steve Vai no quiso quedarse afuera de la movida y por eso salió de gira para celebrar los 25 años de “Passion and Warfare”, el álbum que lo consagró definitivamente.

A las 21.00 hs. se apagaron las luces del recinto y la enorme pantalla detrás de la batería comenzó a emitir una escena del film “Crossroads”, lo cual señalaba que la aparición del protagonista era inminente, y en instantes un encapuchado Steve Vai salió a escena acompañado de su banda para arrancar con “Bad Horsie”. Desde el inicio el sonido fue perfecto y, como era de esperarse, con el volumen de la guitarra de Vai un poco por encima de los demás. A estas alturas hablar del talento de este guitarrista es caer en la más absoluta de las redundancias. De hecho, intentar describir las proezas y las habilidades técnicas que tiene Vai con su instrumento debería ser solamente tarea para especialistas en el tema. Lo que para mí resultó gratamente sorpresivo fue poder disfrutar de una enorme demostración de virtuosismo sin que resulte tedioso. Teniendo en cuenta que se trata de un set íntegramente instrumental, y que más allá de la inmensa pantalla no hay demasiado atractivo visual sobre el escenario, esto no es un dato menor. Vai disfruta de entretener a su público y además tiene un cariño muy genuino para con la audiencia argentina, a la cual le dedicó “Whispering a Prayer” (tema grabado aquí para su álbum en vivo “Alive in Ultra World”). Aunque claro, si bien se toma su tiempo para interactuar y bromear, lo mejor de la noche pasa cuando su instrumento habla por él. Y aunque la estructura toda del show esté diseñada para que la atención se focalice en Steve, no podemos dejar de resaltar el trabajo de los músicos que lo secundaron, en especial el bajista Phillip Bynoe.

Las primeras notas de “Liberty”, y un viejo vídeo de Brian May presentando a Vai, nos indican que comienza la revisión de “Passion…”. Desde allí hasta “Love Secrets” el álbum sería ejecutado en su totalidad, en donde se destacaron la fenomenal “For he Love of God”; y también “Answers” y “The Audience is Listening”, las cuales contaron con unos vídeos (pre-grabados) donde se pudo apreciar a Joe Satriani y a John Petrucci respectivamente simulando una vídeo-llamada con Steve y haciendo un dueto de guitarras en lo que podría llamarse un vídeo-guitar-chat. Para los bises llegaron “Stevie’s Spanking” (cover de Frank Zappa), “Racing the World” y “Fire Garden Suite”, donde Steve bajó por uno de los costados del escenario para tocar cara a cara con el público. Otro gran momento de la noche. Al finalizar, un visiblemente emocionado Steve Vai que no podía dejar de saludar y agradecer a sus fans, nos dejó en claro que virtuosismo y pasión pueden ir tranquilamente de la mano.
 
 
 
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