Crónica: Roberto Isa / Foto: Jens De Vos
Los holandeses Epica, una de las máximas insignias del metal sinfónico, visitaron Argentina celebrando sus 20 años de carrera con un show tan épico como su nombre indica.
La actualidad de Epica los muestra en excelente forma, todavía cosechando las excelentes siembras de “Omega”, su aclamado último disco de estudio, y dándose el gusto de expandir sus horizontes sonoros con un EP, “The Alchemy Project”, en colaboración con artistas cercanos a la banda. Además, los oriundos de los Países Bajos tienen otros motivos de festejo, ya que cumplen 20 años sobre los escenarios. Con estas premisas, la banda comandada por Mark Jansen y Simone Simons visitó Argentina con un recital a sala llena en el Teatro Flores, marcando su primer sold out en el país.
Minutos después de las 21 horas, y cuando el clima, las cervezas y el ambiente en general marcaban el punto ideal para que comience una gran fiesta, la poderosísima “Abbys of Time” (tema inicial de “Omega”) irrumpió en la noche porteña con una banda dispuesta a dejar todo en el escenario. Sin dudas uno de los puntos fuertes de la agrupación son sus presentaciones en vivo, donde se puede apreciar que verdaderamente disfrutan la energía de sus recitales. “No quiero que estén callados, Buenos Aires… ¡hagan ruido!”, exclamó Simone Simons antes de “The Essence of Silence”, y su pedido fue cumplido por la audiencia, acompañando cada estrofa de la vocalista. Sobre la cantante hay que mencionar que se la vio en excelente estado vocal, alternando con solvencia los registros medios y altos que tan bien domina.
“Victims of Contingency” y su tinte death metalero habilitó las primeras grandes rondas en la multitud, antes de que la coreable “Illusive Consensus” desborde melodía por todo el recinto. “The Alchemy Project”, el recién estrenado EP de la banda, dijo presente con la inclusión de la rockera “The Final Lullaby”, antes de que llegara uno de los puntos más altos de la noche: “Kingdom of Heaven Part 3”, una obra maestra del metal sinfónico que fue replicada a la perfección por los músicos. A continuación, “The Obsessive Devotion” mostró una de las mejores armas de Epica: el dueto vocal entre la lírica Simons y el gutural Jansen, quienes se complementan con total naturalidad en el contrapunto, convirtiendo a Epica en una imbatible bestia de dos cabezas sobre el escenario.
Después de que la banda le pusiera música al tradicional “olé, olé, olé” del público, el teclado de Coen Janssen inició las geniales melodías de “The Skeleton Key”, una de las más festejadas de la noche, donde quien también se destaca es el guitarrista Isaac Delahaye, ofreciendo un espléndido solo. “Rivers” trajo el momento lento con su formato de balada sinfónica, para que luego “Code of Life” cerrara esa tríada de canciones de “Omega”. El tema (uno de los favoritos de Simone), desborda epicidad musical y sirve de muestra del “código de vida” de Epica: una enérgica banda que disfruta tocando y hace disfrutar en todo momento, con integrantes que demuestran tener una química omnipresente y entregándose por completo a su principal cometido, que es el de hacer grandes presentaciones.
Para el tramo final del show quedaron algunos de los máximos clásicos de la banda, como la excelente “Design Your Universe” (otro de los puntos altos de la noche), que cerró la primera parte del recital. Luego, los bises iniciaron con “Cry For The Moon”, del primer álbum de los holandeses, haciendo corear a todos los asistentes durante su colosal ejecución. La festiva “Beyond The Matrix”, y la demoledora “Consign To Oblivion” cerraron la presentación de una banda en perfecta comunión con su público y entre ellos mismos, con un sonido excelente y una lista de temas fantástica, motivos más que suficientes para colocar al recital de Epica entre los mejores del año.
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