Pocos álbumes han dejado una huella tan profunda en el metal como “Follow the Leader” de Korn, lanzado en 1998. El tercer trabajo de la banda no solo representó un punto culminante en su evolución musical, sino que también tuvo un impacto cultural significativo que redefinió los límites del metal y su alcance global.
El camino trazado por Korn en su disco debut homónimo en 1994 y su segundo lanzamiento, “Life Is Peachy”, condujo a una refinación de su sonido distintivo en “Follow the Leader”. La cruda angustia de su debut se fusionó con la contundencia y agudeza de su segundo álbum, creando una amalgama musical que repercutió de manera única en el panorama musical.
El álbum se convirtió en un hito, mostrando que el género podía ser accesible a un público más amplio sin comprometer su esencia. La fusión de sonidos únicos y su narrativa visual audaz solidificaron a Korn como líderes indiscutibles en el metal de los años 90.
La portada de “Follow the Leader” no solo es icónica por su impactante imagen, sino también por el equipo de artistas que colaboraron para darle vida. Todd McFarlane, conocido por su trabajo en cómics como The Amazing Spiderman y Spawn, lideró el proyecto con la ayuda de los artistas de Image Comics: Greg Capullo y Brian Haberlin, quienes se encargaron del dibujo y el color, respectivamente. Además, el diseñador Brent Ashe contribuyó con el trabajo de diseño gráfico.
La conexión entre Korn y McFarlane se forjó a partir de un comentario del artista sobre la banda, refiriéndose a ellos como “los Doors de los 90”, una etiqueta que despertó el interés del grupo. La relación se intensificó cuando la banda contribuyó con una canción para la banda sonora de “Spawn”, una película basada en el cómic creado por McFarlane. Este encuentro condujo a la colaboración para la creación de la portada de “Follow the Leader”.
La imagen retrata a una niña jugando a la rayuela cerca del borde de un acantilado, con otros niños esperando seguir su camino. Contrariamente a la apariencia, el título del álbum no hace referencia al juego infantil, sino que surge como una provocación de Fieldy hacia otras bandas influenciadas por Korn. Según Jonathan Davis, en ese momento Fieldy era “arrogante”, y la elección del título era una especie de indirecta: “Sí, vamos, tontos, sigan al líder”. Ironías del destino, el álbum se convirtió en uno de los más exitosos de la banda.

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