Crónica: Roberto Isa / Fotos: Maru Debiassi

La banda alemana volvió al país festejando 45 años de trayectoria, con un contundente show en El Teatrito.

Con 45 años de trayectoria y 23 discos editados, el nombre de Grave Digger es uno de los principales referentes del metal clásico, contando con discos fundamentales del género en su haber, como “Heavy Metal Breakdown”, el álbum debut de 1984, pero también atravesando una destacada actualidad. Es que la banda recientemente presentó “Bone Collector”, su más último trabajo discográfico, con el que ofrecen una nueva descarga de metal de calidad.

Con dichas premisas, el pasado viernes 7 de noviembre, bajo una lluvia copiosa que no cesaba, la fanaticada local tendría una cita impostergable en El Teatrito del centro porteño. Con puntualidad, a las 21:30 se apagaron las luces quedando solamente la imagen de las tumbas de fondo detrás de la batería, mientras sonaba la introducción de “Twilight of the Gods”, coreada por todos los asistentes apenas los músicos subían al escenario, previo a la aparición del vocalista y líder Chris Boltendahl. Casi sin respiro, se fueron sucediendo algunas de las piezas metaleras preferidas de sus seguidores, tales como “The Gave Dancer” y “Valhalla”, con los estrenos como “Kingdom of Skulls” y “The Devils Serenate”, pertenecientes al último disco.

De notoria comunión con su público, la banda se mostró satisfecha ante la participación de la audiencia, cantando y coreando absolutamente todas las letras y riffs de los temas. Boltendahl mostró una destacada labor vocal a lo largo del recital, con su aguardentosa voz amparada en una sólida banda que parecía no tomarse respiros entre machaqueos y doble bombos. Para destacar también aparece la figura del guitarrista, Tobias Kersting, de excelente ejecución en cada solo. Con Jens Becker en bajo, y Marcus Kniep en batería, Grave Digger completa una formación compacta y efectiva.

Los grandes favoritos “Excalibur” y “Rebellion (The Clans Are Marching)” presagiaban el último tramo del show, mostrando a la banda y a su público en una comunión cada vez más fuerte, evidenciado por los cuernos en alto apiñados contra la valla de El Teatrito, mientras que los riffs demoledores de “Circle of Witches” y “Wicht Hunter” no le daban descanso al headbanging. Como cierre, Grave Digger se despidió con “Heavy Metal Breakdown”, la poderosa declaración de principios metaleros que da nombre al álbum debut de la banda, como broche a una velada donde el heavy metal fue celebrado de la mejor manera.