Jeffrey John Hanneman fue mundialmente conocido por haber fundado, junto a Kerry King, una de las cuatro mayores bandas del thrash metal estadounidense, Slayer. Tanto Hanneman como King fueron incluidos en el puesto número diez de la lista de los “100 mejores guitarristas de heavy metal de todos los tiempos” elaborada por la revista Guitar World y, además, el famoso disco “Reign in Blood” fue calificado como “el álbum más heavy de todos los tiempos” según la revista Kerrang!. Slayer ha recibido, a su vez, dos premios Grammy, uno en 2007 por la canción “Eyes of the Insane” y otro en 2008 por el tema “Final Six”.
La velocidad y agresividad de la banda tiene sus orígenes en las influencias que recibió Hanneman del punk, mientras que las letras relacionadas a los temas bélicos también provinieron del famoso guitarrista. Nacido en Long Beach, California, Hanneman creció en una familia de veteranos de guerra, en la cual estaba su padre que había luchado en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial y sus hermanos que pelearon en Vietnam. Estas circunstancias de la vida del musico dieron como resultado una creatividad particular que se puede apreciar en canciones como “Raining Blood”, “War Ensemble”, “Seasons in the Abyss”, “South of Heaven”, “Mandatory Suicide” y “Angel of Death”.
Si bien “Show No Mercy”, el disco debut de Slayer publicado en 1983, recibió mayormente críticas negativas por la prensa especializada, y le brindó popularidad al conjunto que recién comenzaba su primera gira por su país de origen. Producido sin presupuesto más que el sueldo del vocalista Tom Araya, quien por entonces trabajaba como paramédico, y dinero prestado por el padre de King, El disco aún es considerado como un clásico y uno los primeros álbumes del thrash metal, además de poseer temas inolvidables como “Die by the Sword”, “The Antichrist” y “Black Magic”. El EP “Haunting The Chapel” fue el segundo lanzamiento de Slayer y se acercó a un sonido más oscuro que su predecesor constituyendo las bases del particular estilo del grupo, pero también le abrió las puertas a la banda para realizar sus primeros conciertos en Europa.
Si “Haunting The Chapel” destilaba un mensaje sombrío y anticristiano, en 1985 “Hell Awaits”, el primer disco de oro de la banda, lo desplazaría del trono al esgrimir un sonido más pesado con letras que se acercaron mucho a la temática infernal. Sin ir muy lejos, la canción de apertura de nombre homónimo posee una voz demoníaca que dice “Join us” (únete a nosotros), al revés, parodiando la idea cristiana del backmasking utilizada para difundir mensajes satánicos a través de la música. Las polémicas llegarían recién al año siguiente de la mano de “Reign in Blood”, el cual aceleró los tempos de Slayer a toda máquina con los temas “Raining Blood”, “Postmortem” y “Angel of Death”. Debido a la controversia que generó esta última canción y la portada del álbum, Columbia Records se negó a distribuirlo, por lo que Geffen Records fue el encargado de hacerlo cuidándose de no incluirlo en su catálogo.
El cambio musical de Slayer llegó en 1988 con “South of Heaven”. El contraste con su disco antecesor era obvio, ya que la velocidad estaba claramente disminuida, se agregaron guitarras limpias y se atenuaron algunos estilos vocales. Algunos críticos los elogiaron al demostrar su deseo de crecer musicalmente y evitar ser repetitivos, pero también se consiguió la decepción de muchos seguidores. La producción significó el segundo disco de oro para Slayer y Hanneman se refirió sobre el mismo de la siguiente manera: “No podíamos mejorar Reign in Blood, por lo que tuvimos que ralentizar. Sabíamos que cualquier cosa que hiciéramos iba a ser comparada con Reign in Blood y me acuerdo que finalmente lo ralentizamos. Fue raro, nunca habíamos hecho eso en un álbum, ni antes ni después”. El siguiente trabajo de 1990, “Seasons in the Abyss”, le trajo otro disco de oro a la banda y fue el último con Dave Lombardo, el baterista original, hasta su regreso en 2006 con el álbum “Christ Illusion”. Su reemplazo fue Paul Bostaph, conocido por su participación en Forbidden y Testament en aquel entonces, por lo que, así y todo, el grupo prosiguió realizando incontables giras e innovando con discos de estudio como “Divine Intervention”, “Diabolus in Musica” y “God Hates Us All”.
En febrero de 2011 la banda informó que Gary Holt, guitarrista de Exodus, reemplazaría temporalmente a Hanneman en las actuaciones en vivo porque este se encontraba recuperándose de una picadura de araña que le produjo una parálisis temporal en uno de sus brazos. El álbum “World Painted Blood” estaba en plena producción y los fanáticos esperaban impacientes el regreso de Hanneman a los escenarios, pero el 2 de mayo de 2013 Slayer anunció la sorpresiva muerte del guitarrista a causa de una insuficiencia hepática, la cual se originó por una cirrosis. “Jeff va a estar en los pensamientos de todos durante mucho tiempo. Es una pena que cosas tan desafortunadas sigan así, pero vamos a continuar y él estará ahí, en espíritu”, expresó Kerry King en aquel momento. Dicho y hecho, antes de comenzar la última gira mundial de la banda que continúa hasta el día de hoy, en 2015 se lanzó “Repentless”, la última producción de estudio de Slayer que contiene el tema homónimo dedicado a la personalidad de del guitarrista. “Traté de escribir algo sobre cómo yo pienso que Jeff veía el mundo, porque él veía el mundo exactamente como Slayer lo ve”, sentenció King.
Datos curiosos para recordar a Jeff Hanneman:
1. Si bien tenía su propio modelo de guitarra, la ESP Jeff Hanneman, mientras estaba de gira llevaba seis guitarras distintas por las diferentes tonalidades que poseían los discos de Slayer.
2. Al igual que Tom Araya, Hanneman era adicto a la cocaína. Ambos decidieron dejarla cuando, en términos del guitarrista, coincidieron en que “sólo puede llevar a la muerte o algo parecido, está llegando demasiado lejos”.
3. Su interés por la Segunda Guerra Mundial comenzó cuando su padre le regaló unas medallas, entre las que se encontraba una usurpada a un soldado alemán muerto. Su pieza más codiciada es una Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, la cual se la compró a un seguidor de Slayer por 1000 dólares. Durante una gira con Motörhead, Hanneman descubrió que compartía estos mismos gustos con Lemmy Kilmister, de manera que pudieron conversar sobre los distintos diseños de medallas, armas y también las tácticas utilizadas por las fuerzas armadas de la Alemania Nazi.
4. Las letras de Hanneman presentes en la canción “Angel of Death” llevaron a la banda a ser acusada de simpatizantes del nacionalsocialismo, ya que la pieza se basó en Josef Mengele, el médico que realizó experimentos con seres humanos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Sin embargo, Hanneman desmintió tales acusaciones: “Sé por qué la gente la malinterpreta. Es porque les provoca una reacción visceral. Cuando se lee la letra de la canción se puede ver que no escribí nada que diga necesariamente que era un hombre malo (el médico nazi), porque para mí… Bueno, ¿no es obvio? no tendría ni que decirlo”, explicó Hanneman. La banda manifestó en reiteradas ocasiones que no aprueban el nazismo y que simplemente están interesados en el tema.
5. En una entrevista de 2011 Hanneman relató el accidente que lo alejó de los escenarios. Estaba relajado en un jacuzzi tomando cerveza cuando notó que una araña lo mordió en el brazo. “Ni siquiera la sentí, pero una hora más tarde me di cuenta que estaba enfermo”, explicó el músico. Cuando estaba en camino al hospital pudo ver “la carne corrupta” en su brazo que con el paso de los minutos “se ponía muy caliente”. La enfermera de inmediato se dio cuenta de la gravedad de su herida y Hanneman recordó que en ese momento “estaba a una hora de la muerte”, pues la insignificante mordedura causó una infección bacteriana en los tejidos más profundos de su brazo. Se trataba de una fascitis necrotizante, una infección que causa gangrena. El médico que lo atendió resultó ser fanático de Slayer y le aseguró: “primero voy a salvar tu vida, luego voy a salvar tu brazo y después, voy a salvar tu carrera”. Fue sometido a una cirugía para extirpar el tejido muerto, pasó meses en el hospital con una enorme herida en el brazo, injertos de piel y consumiendo una importante cantidad de antibióticos para enfrentar la fuerte infección. Si bien todavía muchos creen que este acontecimiento tuvo que ver con su muerte, los expertos consideran que es muy poco probable que una picadura de hacía dos años fuera un factor relevante para su deceso. Asimismo, el abuso de alcohol del guitarrista se barajó como la causa más probable.
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