Crónica: Roberto Isa / Fotos: Gonzalo Lopez
El guitarrista de Alice in Chains debutó como solista en Argentina con un show de excelencia, presentando su nuevo disco y repasando grandes clásicos de la banda ícono del grunge.
Con la presentación de “I Want Blood” (su más reciente disco en solitario) como excusa principal, Jerry Cantrell, figura central del movimiento grunge que sacudió los cimientos del rock en los años 90, brindó por primera vez un recital solista en Argentina. El recinto elegido fue el Complejo Art Media, en un domingo que se presentaba lluvioso y gris, clima ideal para apreciar las oscuras melodías salidas de la mente de Cantrell.
“Vilified” y “Off the Rails”, canciones del último disco, abrieron la noche, demostrando de entrada que el sonido estaría a la altura de las circunstancias. “I Want Blood” contó con una selecta lista de invitados para su grabación, que incluyó nombres como Duff McKagan, de Guns N’ Roses, Robert Trujillo, de Metallica o Mike Bordin, de Faith No More, entre otros. Pero sobre todo, entregó grandes canciones, algunas de las cuales brillaron en el show como “Afterglow” (que sorprendió hasta al mismo Cantrell por la gran respuesta del público), o la homónima “I Want Blood”, una descarga rockera cruda y directa.
Jerry Cantrell reclutó para su banda a un enorme ladero como lo es Zach Throne, encargado de la segunda guitarra y ejerciendo de complemento en el micrófono. Juntos en el dueto vocal, interpretaron clásicos inmortales de Alice in Chains como “Them Bones” y “Down in a Hole”, obviamente coreados por todos los allí presentes, y celebrados a más no poder.
“¿La están pasando bien?”, preguntó Cantrell, lata de cerveza en mano, al público. La respuesta no podía ser más que satisfactoria: no solo por el regalo para los fans de escuchar grandes canciones de una de las bandas más importantes de la época, si no también por lo brillante de su repertorio solista incluido en la lista de temas. “Degradation Trip”, el disco del año 2002 que Cantrell editó a modo de homenaje a Layne Stanley tras su fallecimiento, encontró representación en “Pychotic Break” y “Angel Eyes”, mientras que “Brighten”, el ante último disco en solitario de Jerry, dijo presente con cuatro canciones, destacándose la introspectiva atmósfera de “Siren Song”.
La banda que acompaña a Cantrell en sus presentaciones en vivo destaca por lo ajustados y correctos de su performances, y una correcta presencia escénica. Además del mencionado Throne, integran el grupo Eliot Lorango en bajo, Lola Colette en teclados y guitarra acústica, y Roy Mayorga en la batería.
Como si faltaran ingredientes para una gran noche, llegó la tremenda interpretación de “Would”, probablemente el mejor momento del show, anunciando el fin de la primera parte del recital. Luego del amague de rigor, llegaron los bises, donde Cantrell se hizo espacio para dos nuevas ofrendas al público, de la mano de “Got Me Wrong” y “Rooster”, otros importantes clásicos de Alice in Chains. Para el cierre quedaban los saludos y la promesa de Cantrell de no tomarse mucho para regresar al país.
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