Crónica: Roberto Isa / Fotos: Maru Debiassi

La banda ucraniana Jinjer visitó por tercera vez nuestro país, acompañados por los alemanes Heaven Shall Burn, ante un Teatro Flores explotado.

Desde temprano, las inmediaciones del Teatro Flores comenzaron a llenarse de fanáticos listos para presenciar el primer acto de la noche. Los locales Fuego Interior fueron los encargados de abrir la velada, antes de dar paso a las presentaciones internacionales. Heaven Shall Burn irrumpió en escena con “Endzeit”, seguida de inmediato por “Bring the War Home”, que obtuvo una excelente recepción desde el primer momento. Con constante interacción con el público, la banda desempolvó viejas gemas como “Behind a Wall of Silence”, del disco “Whatever It May Take”, de 2002, dando paso a producciones más recientes, como “Übermacht”, incluido en  “Of Truth amd Sacrifice”, su más reciente disco, editado en 2020. Una sólida presentación a la espera del show central de la noche.

Con cinco discos en su haber, Jinjer se posiciona como una de las bandas más destacadas de la nueva camada que logró inscribir su nombre en grandes festivales. Combinando elementos de metal progresivo, death metal y un impecable sentido del groove, el cuarteto ucraniano ha experimentado un ascenso meteórico en los últimos años, algo que se refleja en su creciente popularidad en Argentina, donde lograron llenar el Teatro Flores en esta tercera visita.

Llegadas las 21:30hs, y ante un recinto colmado, era el turno para que salgan a escena. Y así lo hicieron con “Just Another”, perteneciente al disco “King of Everything”, la que sería la placa más repasada en el concierto, junto con canciones pertenecientes a “Duél”, su próximo disco, programado para principios de 2025.

A medida que transcurrían los temas, también lo hacían los vaivenes sonoros (sobre todo para quienes estaban en las primeras filas) que se irían corrigiendo con el pasar de las canciones. Incluso pudo notarse algún gesto de Tatiana Shmayluk, vocalista de la banda, hacia su equipo técnico pidiendo mayor volumen para su micrófono. Al respecto de la cantante, hay que remarcar que si bien es famosa por su dominio de los guturales, expone sobre el escenario un excelente y extenso rango vocal, que se manifiesta en la claridad de sus voces limpias. A su vez, lo que también se manifestó en el show fue su notable descontento, expresado en una breve y poco amistosa interacción con un oyente de la primera fila que parecía reclamarle por el sonido.

Quien también destaca en la banda es el baterista, Vladislav Ulasevich, dueño de un dominio completo del groove, como lo manifiesta en canciones como “Restrospection” o la muy bien lograda “I Speak Astronomy”. Los restantes miembros de la banda, el guitarrista Roman Ibramkhalilov y el bajista Eugene Abdukhanov, cumplen sus funciones sobriamente, sin salirse nunca del libreto, siendo este último quien aporta un poco más de presencia escénica. En cuanto a la recepción del público, fue notable. Coreando, saltando y pogueando en todo momento, la fanaticada local de Jinjer fue un show en sí mismo, aunque la banda no se caracterice por ser demasiado expresiva sobre las tablas, y esta no fue la excepción.

Llegando al tramo final del recital, “Perennial” y “Rougue” (otro adelanto del próximo álbum) oficiaron de cierre para la primera parte del espectáculo, dándole lugar a un breve receso y el regreso de los músicos para un tema más a modo de bis. “Pisces”, quizás el tema más reconocido de Jinjer, marcó la despedida de la banda, en show que tuvo puntos altos y otros no tanto, pero que terminó redondeando una potente presentación en su tercer paso por Argentina.