Crónica: Facundo Lopez / Fotos: Cristian Estaurino

Con suma puntualidad, a las 21 horas Tarja junto a su increíble banda se hicieron presentes sobre el escenario del Gran Rex, luego de la intro y con un telón alusivo al disco “Colours in the dark”, dio comienzo el espectáculo con “In for a kill”, para darle paso a “500 letters”, tema perteneciente a su último disco.
Todos los músicos mostraban su contento hacia el marco de público presente, incluso los guitarristas, Alex Scholpp y nuestro orgullo local Julián Barrett, bajaban en tanto del escenario para estar más cerca de todos.

Con el tema “Little lies”, todos alzaron sus manos en el momento que Tarja lo pidió. “Se ve hermoso!” comentó, “es increíble recibir tantas emociones”, para continuar con uno de los más conocidos y coreados del público, “I walk alone”. El siguiente fue uno de los mejores en el aspecto vocal, hablamos de “Anteroom of death”, recordemos que fue grabado junto a la banda Van Canto, en esta ocacion los músicos se encargaron en parte de los coros, aunque sabemos que en su mayoría lo que escuchamos son grabaciones.
Con “Never enough” llegaría la demostración de calidad de toda la banda, en el final cuando Tarja deja el escenario por unos minutos, primero los guitarristas con sus respectivos solos y luego la “bestia” de la batería, Mike Terrana demostraron su talento.
Con renovado vestuario, Tarja regresaba con “Darkness”, cover de Peter Gabriel, cantándolo bien cerca de la gente, tanto que incluso quienes estábamos en el lado opuesto no lográbamos localizarla hasta que regresó al escenario.
Continuando con los temas “Neverlight” y ”Mystique Voyage” llegó otro de los más conocidos “Die alive”, donde Tarja se mostró muy emocionada por los aplausos, gritando fuerte “mi casa!” demostrando que en Argentina se siente más local que en ningún otro lugar.
Luego del emotivo “Deliverance” llegó, como dijo ella “el último de la noche”, se trataba de “Medusa“, aunque sabíamos que todavía quedaba un buen rato de show por delante.

Para el regreso con el primer “encore” llegó el turno de “Victim of ritual”, donde la banda sonó de maravilla y el “rrrritual” de Tarja se escuchó bien claro. Pero si necesitábamos que el Gran Rex explote del todo, con “Wish I had an angel” lo tuvimos!, único tema de Nightwish en la noche, que terminó con todo el público aplaudiendo de pie prácticamente, con una lúcida interpretación de Alex Scholpp en la segunda voz acompañando a la reina.
Para el “final”, otro de los clásicos, “Until my last breath”, pero cuando parecía que solo quedaba tiempo para un tema más, incluso cuando los músicos ya se habían despedido, llegaría el momento más emotivo de la noche, y quizá uno de los más emotivos de toda la gira.
Cuando sonó “Calling grace” parecía un acústico de tantos, para sorpresa de todos entonan “En la ciudad de la furia” donde se sumó en el comienzo Terrana en la batería, cosa que incluso pareció sorprender a Tarja.
Escucharla cantar en castellano y homenajeando a Gustavo Cerati nos hizo ponerla piel de gallina a más de uno, continuó con “Crimen” donde pidió el acompañamiento de la gente. Para redondear y ya con todos los músicos presentes llegó el cierre de este set acústico con “De música ligera”, tema que suena y sonará eternamente en las radios argentinas.
Tarja rindió homenaje a un músico que nos dejó hace pocos días y a los presentes se nos cayeron unas cuantas lágrimas por el momento que estábamos viviendo.

Para el final solo restaba un último cover, en este caso de Gary Moore, interpretado desde su época en Nightwish, “Over the hills and far away”, vale destacar que Pit Barret también se quedó para este tema y todo el teatro estallo, con mucha gente de pie coreando y aplaudiendo en uno de los grandes recitales del año.
La imagen final fue con todos los músicos saludando y Tarja que no se quería retirar más del escenario.
Pasó finalmente el día donde Tarja brilló en el gran Rex, también lo haría en el teatro Vorterix al día siguiente.
Se comenta que podría presentarse en el Teatro Colón en un futuro, lo cuál sería un evento único, por lo pronto, el Gran Rex fue un lugar donde todo se dio de manera impecable.
 
 
 
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