Crónica: Julieta Güerri / Fotos: Maru Debiassi
El legendario guitarrista neerlandés hizo vibrar a El Teatrito, con un show que repasó los grandes éxitos de Whitesnake y momentos clave de su carrera en solitario.
Fue como una obligación implicíta para los fanáticos del hard rock de los 80’s el tener que estar presentes en El Teatrito el pasado viernes, día en el que Adrian Vandenberg, el guitarrista que trabajó codo a codo con David Coverdale durante los años más gloriosos de Whitesnake, se presentó junto al sueco Mats Levén para hacer un repaso breve pero completo de su carrera.
Con algunos problemas de sonido que retrasaron las presentaciones de las bandas teloneras locales: Tandem, Gunner y Karkaman, el show principal que estaba previsto para las 21:30, comenzó media hora tarde. Esto no afectó en nada la emoción de todos los allí presentes, emoción que alcanzó su punto cúlmine cuando el primer tema de la noche, “Bad boys”, comenzó a sonar.
Los inicios de Vandenberg datan de bastante antes de ser reclutado por Coverdale. En 1981 formó la banda que lleva su nombre, Vandenberg, la cual logró cierta popularidad a partir del lanzamiento de su álbum debut homónimo. Sin embargo, su trabajo con Whitesnake fue el que le otorgó fama mundial y el estatus de guitar hero que hasta el día de hoy conserva.
Es por eso que el set list estuvo compuesto principalmente de canciones de dos de los más emblemáticos discos del grupo: “1987” (o simplemente “Whitesnake” en Estados Unidos) y “Slip of the tongue”, grabado en 1989. En su rol como guitarrista pero también como compositor y letrista, Vandenberg fue una de las piezas claves a la hora de llevar la música de Whitesnake más allá del Reino Unido.
Para los momentos cargados de rock más pesado sonaron “Still of the night”, “Crying in the rain” y “Fool for your loving” que fueron tanto o incluso más celebradas que las ya clásicas baladas “Here I go Again” y “Is this love”. Como perlitas de la noche, la banda hizo sonar por primera vez en esta gira la canción “Now you’re gone” y unos temas más tarde, Levén y Vandenberg protagonizaron un momento íntimo con una versión acústica de “Sailing Ships”.
Fuera del repertorio de Whitesnake, Vandenberg no quiso dejar pasar la oportunidad de honrar sus propias raíces y tocó algunas canciones de su proyecto solista. Estos temas, como “Your Love is in Vain” la canción que abre su álbum debut de 1982, “Burning Heart”, la balada que podría decirse que constituye hasta el día de hoy su canción más popular y “Hit the ground running” de su último disco “Sin” de 2023, parecen haber sido cuidadosamente seleccionados para ofrecer un recorrido por algunos de los hitos de su carrera en solitario y fueron muy bien recibidos por los fanáticos.
Agradecido, humilde y completamente entregado a su arte, con su talento intacto y un lugar en la historia del hard rock más que ganado, Vandenberg se despidió sin grandes discursos ni gestos exagerados, dejando que su guitarra hablara por él y haciendo lo que mejor sabe hacer. Su presencia en el escenario fue la de un veterano del rock que no necesita demostrar nada, pero que todavía disfruta el poder compartir su música con aquellos que lo siguen desde sus primeros días.
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