Crónica: Nahuel Escalada / Foto: Juan Manuel Ortner

En el marco del “The Popestar Tour”, la banda de Papa Emeritus volvió a nuestro país para presentarse en el Maximus Festival, además de un sideshow en el recinto de Colegiales donde dieron un recorrido por toda su discografía.

Los últimos meses han sido agitados para Ghost. Mientras la gira presentación del exitoso EP “Popestar” (2016) se empezaba a abrir camino, la noticia del despido de todos los Nameless Ghoul y la vigente pelea legal contra el Papa Emeritus (al parecer, el carismático líder no les pagaba las regalías correspondientes de los álbumes y los tour realizados), volvió a colocar a la banda sueca en el pináculo mediático del mundo metalero. Por lo que está nueva visita a nuestro país, no era una cualquiera. Tras su corto paso por el Maximus Festival, la verdadera cita fue dos días después en el Teatro Vorterix, donde brindarían un sideshow con el doble de tiempo.

Mientras la gente de Sick Porky iniciaba la velada presentando su recomendadisimo nuevo disco “Alucinatorio” (2016), los pasillos del teatro se fueron llenando al punto de estar casi en su totalidad. Todo un logro para una banda como Ghost con relativamente poco tiempo de actividad y apenas unos tres álbumes de estudio. Si, lo extra musical es un factor determinante, pero no deja de llamar la atención la numerosa convocatoria y de un público mayoritariamente joven (varios de ellos, caracterizados como los propios Ghost). Tras terminar el setlist con “Pura Sangre”, los Sick Porky se despidieron de las tablas y luego de 20 minutos, las luces se apagaron y el telón del Vorterix se deslizó para que los nuevos Nameless Ghoul se pusieran en posición junto al festejado Emeritus y así entonar el ganchero “Square Hammer”. Hasta el momento, todo bien. Pero, cuando nos dimos cuenta que en el escenario faltaba el bajista, varias dudas se esparcieron en busca de una respuesta. Según el Papa, “Water” estaba incapacitado de tocar debido a una lesión en el hombro y por eso la labor del bajo fue tras bambalinas. Pero, las malas lenguas sostienen que se usaron pistas de audio (las partes del instrumento apenas se escucharon) y que el miembro faltante fue despedido tras el show del Maximus. Si, más dudas que certezas.

“From The Pinnacle to the Pit”, el tremendo “Con Clavi Con Dio” y “Per Aspera Ad Inferi” siguieron en la lista y todo Vorterix estalló en la labor de los coros. Es sabido que la voz de Emeritus se apoya en pistas programadas para, justamente, dar esa sensación multitudinaria de voces y el ruidoso colchón coral del público argentino es suficiente para tapar alguna que otra deficiencia en su performance. De todas formas y siendo esta su quinta presentación en Buenos Aires, la figura de la noche dio la sensación de estar más relajado y confiado en su labor de frontman y eso se testifico en las interacciones con los presentes: desde sus constantes morisquetas a lo mimo, al hacer subir a dos monjas -enserio- para repartir la sagrada hostia y un discurso final argumentando lo importante que las mujeres alcancen geniales orgasmos. El resto del equipo se desenvolvió con más energía y participativo que en otras ocasiones y mientras “Body and Blood” sirvió para un mínimo receso, la euforia de “Cirise” atentó contra todo el teatro logrando uno de los mejores momentos de la noche. Si eso era poco, la seguidilla demoledora de “Year Zero”, los geniales “He Is”, “Absolution” y “Mommy Dust” del obligatorio “Meliora” (2016) no dieron respiro a una audiencia entregada al encanto de Ghost. Si bien el sonido distó de ser el mejor, el resultado fue aceptable aunque no hubiese estado nada mal el volumen un poco más fuerte. El longevo “Ghuleh/Zombie Queen” junto al hitero “Ritual” cerraron la primera parte del show y para los bises, el Papa Emeritus y sus secuaces volvieron a las tablas para finalizar con “Mostrance Clock”. Las luces se fueron prendiendo de a poco y al tiempo que los plomos empezaron a recoger los equipos, supimos que el show había llegado a su final. Podríamos tildar esta nueva visita de Ghost como errática frente a tantos pormenores, pero sería injusto calificarlo de esa manera para lo que fue una noche divertida, enérgica y, quizás, la más destacada presentación de la banda en nuestro país.