Crónica: Julieta Güerri / Fotos: Juan Marcos Bertuggia
Luego de una extensa gira por Europa, Dogma regresó a Latinoamérica para seguir expandiendo su doctrina sonora, esta vez con un espectáculo que reafirmó su creciente estatus en el circuito del metal.
A nueve meses de su última visita, Dogma volvió a presentarse el pasado 29 de Abril en Uniclub con su propuesta cargada de metal, misticismo y sensualidad. La banda local “Hermanos de Sangre” fue la encargada de abrir la noche, preparando el terreno para lo que sería el segundo show de las monjas como acto principal en el país, tras su debut en 2024 como teloneras de los italianos “Wind Rose”.
El repertorio de la noche abarcó la totalidad de su álbum debut Dogma (2023), junto con sus dos lanzamientos más recientes: una poderosa reversión del clásico “Like a Prayer” de Madonna y “Banned”, una llamativa pero efectiva fusión de tango y metal que no hace más que alimentar las especulaciones sobre el verdadero origen de las artistas. Además, el setlist incluyó el ya característico medley “The Tribute”, una potente irrupción a mitad del show que rinde homenaje a los grandes pilares del género. El recorrido —que hiló con precisión y energía fragmentos de “Walk” de Pantera, “The Trooper” de Iron Maiden, “Master of Puppets” de Metallica, “Symphony of Destruction” de Megadeth y “South of Heaven” de Slayer— fue recibido con euforia por un público que respondió coreando cada guiño a los íconos del metal.
Tres presentaciones en menos de un año dejan en claro el impacto que el grupo viene generando. El crecimiento es tangible: cada vez más asistentes, mayor fidelidad, y una identidad que se solidifica con fuerza. Esta vez, ya se podía ver a los fans luciendo remeras oficiales y maquillajes inspirados en el grupo, o participando del Meet & Greet como si de una congregación de devotos se tratara.
Sobre el escenario, la química entre las integrantes se vuelve más evidente show tras show. Se percibe una confianza que se traduce en interacciones cada vez más fluidas, miradas cómplices y gestos que fortalecen la narrativa de su propuesta. Al mismo tiempo, cada miembro comienza a consolidarse en un rol definido, dotando al conjunto de una personalidad más nítida y poderosa. Con un crecimiento tan notorio y una propuesta intrigante que no deja de sorprender, solo queda preguntarse qué nos tendrán preparado para la próxima misa.
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