Crónica: Roberto Isa / Fotos: Maru Debiassi

El proyecto paralelo de Steve Harris, bajista y líder de Iron Maiden, brindó su segundo show en Argentina como previa a los conciertos de La Doncella, en un Teatrito a sala llena.

Aprovechando la nueva visita de los legendarios Iron Maiden, Steve Harris ofreció un recital con su proyecto en solitario: British Lion. Esta banda, compuesta por músicos de gran nivel, gira inevitablemente en torno a la figura del bajista londinense. Como tal, es habitual que los tours mundiales de Maiden comprendan también alguna presentación de British Lion en los días previos a los recitales de la Doncella de Hierro.

En esta ocasión, el paso de Iron Maiden por Argentina con dos shows programados para el 1 y 2 de diciembre, permitió a Harris confirmar “la previa” con su propia banda el sábado 30 de noviembre, concretando el segundo paso de British Lion por el país, luego de su debut en 2018. El escenario elegido fue El Teatrito, que ya contaba con gran cantidad de fanáticos en la puerta promediando la tarde. Muchos buscaban no solo un lugar privilegiado, sino también la oportunidad de ver de cerca al legendario bajista. Harris, fiel a su estilo, no defraudó y se tomó unos momentos para fotografiarse con los fans que lo aguardaban al llegar al recinto.

Ya abiertas las puertas, los locales Jerikó hicieron gala de su experiencia en el marco de sus 30 años de carrera con una sólida presentación, para luego darle lugar a Tony Moore, quien fuera tecladista de Iron Maiden por un breve período a finales de los 70, aun conservando su amistad con Harris. Moore, en formato completamente solista, ya que toca con pistas de fondo, ofreció pasajes Pink Floydeanos que fueron bien recibidos por la concurrencia. Llegada la hora del acto principal, no cabía un alfiler en El Teatrito, y en cuanto los músicos salieron a escena, la marea humana daba cuenta de la buena recepción que tendría el conjunto.

Con un sonido orientado hacia el hard rock, a diferencia del proyecto principal de Harris, British Lion inició el show con “This is My God” y “Judas”, pertenecientes al disco homónimo de 2012. Enseguida, “The Burning”, segunda y hasta ahora última placa del grupo, editado en 2020, encontró representación en la seguidilla de “Father Lucifer” y “Bible Black”, coreados por todos los presentes, demostrando la ya presente comunión del público con la banda.

Richard Taylor, el cantante del grupo, hizo gala de sus dotes como buen frontman en la velada, dispuesto al ida y vuelta con el público y presentando las canciones mientras se iban sucediendo. Además, demostró por qué fue elegido por Harris para ocuparse del micrófono, ya que el vocalista es capaz de entonar registros potentes con precisión y energía, sin que merme la energía en su entrega. La banda, compuesta también por David Hawkins y Grahame Leslie en guitarras, y Simon Dawson en la batería, se nota muy afilada sobre las tablas, creando una sensación de unidad que se traslada a los espectadores, quienes coreando y replicando cada estrofa o riff sumaron al espectáculo. “Mi español no es muy bueno, y dicen que mi inglés tampoco lo es, pero la música es nuestra conexión”, dijo entre risas Taylor, como para refrendar lo expresado.

Temas como “The Chosen Ones” o “Us Against The World” permitieron al público sumarse en los coros, cuando el recital se acercaba a su tramo final. La potente y melódica “Lightning”, con su segmento intermedio donde el bajo de Harris brilla en solitario, fue otro de los puntos altos de la noche. Para el cierre, “Last Chance” y “Eyes of the Young” sellaron de manera perfecta un show que sirvió como el aperitivo ideal para la inminente doble fecha de Iron Maiden.